Tal vez hayas escuchado en alguna oportunidad el término “Contaminación Sonora”, pero ¿Sabes qué significa, cómo se genera y cómo influye en nuestra salud? En este artículo vamos a tratar de explicarlo de forma sencilla. ¿Nos acompañas?
Podemos definir a la contaminación sonora como “todo ruido que causa molestias en la población y que puede provocar daños en la salud, disminuyendo la calidad de vida de las personas”. No es algo nuevo en el mundo y se ha incrementado, de forma exponencial, desde los inicios de la revolución industrial. Principalmente por la creación de las máquinas a motor y otros avances tecnológicos que dieron lugar al llamado desarrollo de las sociedades.
Dada la diversidad de individualidades, es complicado definir el límite por el cual un sonido pasa a denominarse “ruido molesto”: lo que para una persona puede ser algo agradable y placentero, para otra puede resultar molesto y desagradable. A pesar de ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado un valor de 53 dBA (decibeles) para los espacios exteriores en ciudades durante el día. Dicho valor se ha establecido en función de numerosos estudios que evidencian las consecuencias negativas para la salud al estar expuestos durante prácticamente las 24 horas del día a ruidos provenientes de distintas fuentes emisoras.
Cuando hablamos de ruidos y su impacto en la salud, casi siempre lo asociamos con pérdida auditiva, sin embargo, el ruido ambiental influye principalmente en aspectos psicológicos y fisiológicos. Ya con valores superiores a 60 dBA el cuerpo reacciona defensivamente y se alteran niveles hormonales provocando estrés, lo que se evidencia en malestar e irritabilidad. La exposición prolongada a ruidos también causa cambios en la frecuencia cardíaca e hipertensión.
Pero, ¿por qué desde Gualeguaychú en Bici exponemos el tema de la contaminación sonora? Esto se debe a que en las ciudades, los principales emisores de ruidos son los vehículos motorizados. Y por supuesto, en nuestra querida Gualeguaychú, no estamos exentos de este problema.
Hoy en día, aproximadamente un 85% del parque automotor está conformado por vehículos livianos (autos y camionetas), seguido de un 13% de motocicletas y 2% de transporte pesado (camiones y transporte público)*. Estos valores se ven reflejados en la contaminación sonora que podemos percibir en el área urbana de la ciudad.
Además, no podemos dejar de mencionar, la contribución de los vehículos a motor en la contaminación del aire que respiramos. Debido a la quema de combustibles fósiles se liberan grandes cantidades de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y Material Particulado (MP), lo cual también acarrea efectos negativos a nuestra salud, principalmente a nivel respiratorio.
Podemos decir entonces, que son más de uno los motivos por los cuales promovemos un cambio en la movilidad ciudadana. Pasar de las calles congestionadas de autos, con un aire saturado de ruidos, gases y partículas dañinas para nuestra salud, para lograr espacios más equitativos, amigables con el ambiente y mejorar nuestra calidad de vida.
* Los datos corresponden a un relevamiento propio, llevado a cabo en abril del año 2021.
Excelente artículo. Me pregunto si existen estadísticas nacionales de los trastornos que se generan en las ciudades argentinas por el ruido y la contaminación. Necesitamos visibilizar estos efectos negativos de las ciudades autocentristas.